Reencontrarte con personas que en el pasado formaron parte de tu día a día y de la lista de llamadas para quedar, es algo precioso. Las circunstancias de la vida hacen que encuentres gente nueva, que algunos se queden en el camino y que otros permanezcan para siempre. Ver a dos de mis amigos de la infancia, tan altos, tan mayores...me ha hecho darme cuenta de lo mucho que les echaba de menos. Obviamente no somos iguales, pero eso es G-E-N-I-A-L, por que se trata de eso, de crecer, de madurar, de encontrar tu lugar en el mundo. Ver que seguíamos teniendo cosas en común y que el cariño del pasado seguía ahí, a pesar del parón en el contacto, es para sacarte una sonrisa :). Recordar con ellos como eramos antes y como somos ahora, es para echarse unas buenas risas.
Los mismos con los que jugaba a los tazos, al Señor de los Anillos, a peleas y luchas, son los mismos que ahora tienen novias, barba , son pre-universitarios y trabajadores jajajaj..... eso sí, los videojuegos les siguen alucinando, soy una neófita en este mundo (¿Alguien se ofrece a darme clases? XD)
Ahora que hemos vuelto a estar en contacto, quiero seguir viéndoles de vez en cuando, para tomar algo, para salir o porque no ¡echar un "Call of Duty"!, no será porque la tecnología no lo permita.
Recuperar teléfonos, direcciones y viejas sonrisas siempre son pequeños tesoros que se guardan en el corazón. No sé si en el futuro les seguiré teniendo pero ahora Dios ha vuelto a juntarnos y sigue siendo tan especial como cuando eramos niños. Siempre merece la pena llamar a los viejos amigos y ver que ellos estaban tan ansiosos por verte como tú a ellos.
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